Hoy toca hablar de esa palabra tan “mal usada” por las personas, que rodea al mundo de la fisioterapia y la osteopatia: los crujidos. El nombre apropiado sería CAVITACIÓN, y realmente es un ruido fisiológico normal. Esa cavitación se produce cuando el líquido sinovial, que se encarga de lubricar las articulaciones, libera una serie de gases que provocan pequeñas burbujas que explotan.
Una vez explicado que son esos “crujidos”, es necesario entender cómo funciona el líquido sinovial en nuestro cuerpo y cómo influye el deporte a la hora de padecer algún dolor; El líquido sinovial es el “lubricante” de las articulaciones, provocando que se comporten adecuadamente y se muevan como deben. A la hora de hacer deporte aumenta la producción de lubricante articular, con una consecuencia inmediata: la disminución de los chasquidos. Dicho esto, a ninguno le extrañará que después de muchas horas en reposo, (delante del ordenador, recién levantado de la cama, después de ver una película), escuche más sonidos articulares.
Desde un enfoque osteopático, la cavitación es uno de nuestros principales objetivos: cuando una persona acude a la consulta con dolor en alguna parte del cuerpo, suele coincidir que en esa zona de dolor exista un exceso de movilidad y suele ir asociado a una falta de movilidad en alguna zona adyacente. Es entonces cuando el Osteopata, decide restablecer la movilidad en esa zona a través de técnicas de thrust (crujidos) o técnicas de movilización más pasivas, y así reequilibrar la movilidad completa del cuerpo y dejar que se recupere por si solo según vayan pasando los días.
En otro artículo, explicaré la diferencia entre las cavitaciones y las crepitaciones, cómo identificarlas y así poder evitar lesiones.
Cualquier duda que tengáis, podéis escribirme o llamarme y estaré encantado de atenderos.
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